Desde hace unos años, la identificación a la hora de acceder a edificios es un paso fundamental para garantizar la seguridad de los mismos. Tradicionalmente, el método más utilizado eran las tarjetas de contacto, pero estas tenían varios problemas de seguridad: eran fáciles de duplicar, las podía utilizar otra persona e incluso eran fáciles de extraviar por parte de sus dueños.
Ahora, gracias a la biometría existen otros muchos métodos más seguros y fiables para acceder a edificios tales como centros de trabajo, por ejemplo. La biometría es una tecnología de identificación basada en el reconocimiento de una característica física e intransferible de las personas.
La biometría supone un excelente sistema de identificación que se puede aplicar a muchos procesos debido a su seguridad y comodidad. Este sistema está basado en los mismos procesos que utiliza el cerebro humano para reconocer y distinguir a una persona de otra. Reconoce a la otra persona basándose en “quien” sin importar “lo que sabe hacer” como ocurre con los patrones que se dibujan en la pantalla o los códigos numéricos.
Hasta ahora, la tecnología biométrica más empleada era la huella dactilar: segura, cómoda, intransferible y ahorraba el material plástico usado en las tarjetas de acceso. Sin embargo, la irrupción de la COVID-19 en nuestra vida puso en jaque este método. Para que la biometría de la huella dactilar funcione, es necesario posar el dedo en un lector por lo que incrementa las posibilidades de contagio al estar muchas personas tocando la misma superficie.
¿Supuso el coronavirus el fin de la biometría?
Para nada; es más, ha supuesto todo lo contrario. Existen otros muchos sistemas biométricos seguros, personales y fiables como pueden ser el reconocimiento facial, del iris o el reconocimiento por voz.
De todos estos sistemas, es la biometría del iris la que da mejores resultados, sin embargo, requiere que los ojos del individuo se aproximen mucho al dispositivo por lo que es un método muy invasivo y no del todo operativo. En cuanto a la seguridad, es la más fiable, ya que es prácticamente imposible encontrar dos personas que presenten el mismo patrón capilar en sus retinas y este no cambia a lo largo del paso del tiempo.
Otra tecnología biométrica interesante es la que se basa en el reconocimiento por voz que es muy práctico, pero no tan seguro porque está sujeta a los cambios de voz por cualquier tipo de enfermedad o incluso a los ruidos externos que puedan interferir en el reconocimiento de la voz.
Por tanto, vuelve a ser el reconocimiento facial el método más seguro, cómodo y fiable para la identificación de individuos.
Este sistema permite la identificación sin contacto, y es extraordinariamente rápida, cómoda y segura. Además se basa en determinados rasgos físicos del individuo que hace imposible la suplantación de identidad.
En IEST apostamos fuerte por esta tecnología, integrando entre nuestras soluciones WinPlus los mejores terminales de reconocimiento facial del mercado: el FaceStation F2, el FaceStation 2 y el FaceLite. Estos están basados en la nueva generación de terminales Suprema que incorporan los algoritmos de reconocimiento más avanzados y potentes procesadores que garantizan una respuesta inmediata y segura para los sistemas de Control Horario y Control de Accesos de las organizaciones.
Entonces, ¿hacia dónde va la biometría?
Bien, sin dejar de lado la identificación por huella dactilar que es la tecnología más extendida por su coste, utilidad, rapidez, resistencia y seguridad; así como los lectores biométricos vasculares de dedo que hacen que sea prácticamente imposible falsificar, la biometría es una tecnología relativamente nueva que no va a parar de crecer en los próximos años.
Por un lado, se irán mejorando y perfeccionando los sistemas de reconocimiento ya existentes como la huella, la facial, la voz o el iris. Por otro lado, nos vamos encaminando hacia la llamada biometría conductual que, en lugar de trabajar sobre rasgos físicos medibles, se fija en características biométricas del comportamiento ligadas a cómo caminamos, cómo escribimos o cómo movemos los ojos.
Mientras tanto, la realidad es que la facial es la tecnología llamada a dominar el presente y futuro a corto plazo de la biometría y, en IEST, hemos integrado en WinPlus los terminales de Reconocimiento Facial más avanzados.