Lleva varios años con nosotros, aunque ha sido este pasado 2020 cuando de verdad ha estado en boca de todos manifestando verdaderas oportunidades, pero como pasa con todo lo relacionado con la tecnología, también inconvenientes. Hablamos de la tecnología de reconocimiento facial, un brazo de la inteligencia artificial que ha irrumpido con fuerza en nuestras vidas y, ¡ha llegado para quedarse!
A estas alturas, el uso del reconocimiento facial ya está generalizado en países de todo el mundo. La utilizamos para desbloquear nuestro teléfono, para entrar en nuestras oficinas, para pagar en la mayoría de los establecimientos, para sacar dinero en los cajeros automáticos e incluso para abrirnos una cuenta bancaria sin tener que salir de nuestro domicilio, solamente a través de un selfie.
Además, por si todo esto fuera poco, en España, Uber ya ha implantado una tecnología de reconocimiento de rostros en sus vehículos para certificar el uso de mascarillas tanto en los clientes como en los empleados.
Crecimiento de la Tecnología de Reconocimiento Facial
Además, a pesar de la COVID-19 y las limitaciones que se pueden encontrar debido a las mascarillas -limitaciones que ya se están solventando en la mayoría de los casos- el crecimiento de la tecnología de reconocimiento facial está en alza y su crecimiento a estas alturas ya es imparable. En 2017 este mercado alcanzó los 1.400 millones de dólares; solo dos años después ya alcanzó los 1.900 y se espera que para el año que viene esta tecnología alcance los 3.100 millones de dólares.
Una de las principales ventajas del reconocimiento facial es que esta tecnología permite reconocer a distancia, minimizando la necesaria colaboración de la otra persona, a diferencia de lo que ocurre con otros tipos de reconocimiento como por el iris o la huella dactilar, y reduciendo el contacto físico.
La tecnología de reconocimiento facial, gracias a esta distancia, es capaz de garantizar la seguridad e higiene ya que es un medio de identificación ¡sin contacto!
Algoritmos de Reconocimiento Facial
La tecnología de reconocimiento facial utiliza un determinado algoritmo en función del uso al que vaya a estar destinada. No todos funcionan igual y cada fabricante tiene su propio algoritmo. No obstante, podemos agruparlos en dos grupos: por un lado, están los sistemas que funcionan “de uno a uno” que verifican que eres quien dices ser. Estos son, por ejemplo, los que están en los teléfonos móviles o en los cajeros automáticos.
Por otro lado, están los algoritmos “de uno a n” que son los que se utilizarían para procesos de securitización más avanzados, como por ejemplo los que comercializamos en IEST. Estos sistemas cuentan con una base de datos previa de varias personas registradas. Cuando alguien se va a identificar, el algoritmo chequea la correspondiente base de datos para ver si efectivamente el rostro de la persona coincide con el que hay en el registro almacenado.
Auge de la Tecnología
En IEST estamos absolutamente convencidos de que el auge de la tecnología de reconocimiento facial no ha hecho más que empezar y que estamos tan solo en los inicios de las muchísimas oportunidades que nos brindará esta herramienta. Y es que, a pesar de todos los puntos negativos que tiene, no hay que olvidar que la tecnología de reconocimiento facial no es ni buena ni mala; es solo una herramienta. La cuestión está en el uso que hagamos de ella.
Hace poco hemos puesto a disposición de nuestros clientes en IEST, el FaceStation F2: el terminal de reconocimiento facial más avanzado. Este, cuenta con un reconocimiento facial con una precisión de autenticación de usuarios con y sin mascarilla. Esta garantía la consigue gracias a la tecnología Fusion Matching de Suprema que combina infrarrojos y reconocimiento facial visual con un algoritmo único de deep learning para lograr una precisión de autenticación excepcional, con el rendimiento anti spoofing (anti-falsificación) más avanzado e innovador de la industria.